EEUU (2010)Documental para la cadena deportiva americana ESPN dirigido por Michael Tolajian, dentro de su conmemoración por el 30 aniversario de la cadena. Drazen Petrovic y Vlade Divac, el primero croata y el segundo serbio compartían camiseta de la selección yugoslava a finales de los 80, muy jovencitos fueron medalla de plata en los JJOO de Seúl y en el 89 fueron campeones de Europa en Zagreb (Croacia). Ya en esa época en la antigua Yugoslavia había problemas con sus distintas repúblicas y en el año 90 cuando Yugoslavia acude al Mundial de Argentina de basket, la guerra estaba a punto de declararse. En la final con un equipo memorable formado por Petrovic, Paspalj, Toni Kukoc, Dino Radja y Vlade Divac se imponen a la extinta Unión Soviética. Al acabar el partido un espectador salta al terreno de juego con una bandera croata, lo que provoca en Divac un enfado y se la quita. A partir de ese gesto la relación entre Divac y Petrovic se estropea para siempre.
Repaso a través de la voz de Divac y archivos de imágenes de la carrera de estos dos grandes genios del baloncesto balcánico, que por motivos políticos dejaron de ser amigos. Divac intentó a través de la NBA conseguir el perdón de Petrovic, el estaba en los Lakers y Petrovic fue de Portland a los Nets de New Jersey, pero fue imposible. Para los serbios, Vlade, era un héroe nacional por defender a la nación yugoslava y en Croacia no era bienvenido. En el documental se ve que Divac vuelve 20 años después a Zagreb para ver a la familia de Petrovic y todavía por la calle lo siguen mirando con recelo, aún la herida no está cerrada y nunca pudo pedir perdón a Drazen porque un fatal accidente de tráfico cuando iba con su novia por Alemania se lo llevó a la tumba. Divac aclara en el documental que a él le daba igual aquel día de la final que la bandera fuera croata o serbia la que llevase el espectador, el sólo quería a Yugoslavia y que en el equipo eran una piña, fueran serbios o croatas. El documental acaba con un bonito y merecido homenaje de Vlade en la tumba de Petrovic, por fin podía llevar flores a su amigo. Para mí el mejor jugador europeo de baloncesto que nunca ha existido, Petrovic fue un auténtico genio.
Para Recordar: Prácticamente todo, las sinceras palabras de Divac, las imágenes de archivo de Petrovic y que los nacionalismos no traen nada bueno, hace muy poco tiempo en Yugoslavia hubo una guerra y aún se ven las heridas del enfrentamiento.
Para Olvidar: Hay que olvidar para la reconciliación de estos pueblos que una vez estuvieron unidos y que ahora son independientes, hay que buscar la reconciliación.
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